Para que tu interlocutor entienda tu mensaje, es fundamental que se lo pueda imaginar. ¿Cómo puedes lograrlo? Utiliza un lenguaje simple y efectivo. 
Veamos un ejemplo. Hazme un favor. ¿Estas listo?
NO TE IMAGINES
UN GATO
¿Qué pasó? Me fallaste. Inmediatamente, tu cerebro visualizó un gato. Esto ocurre porque es un concepto que tu cerebro puede evocar de manera instantánea porque tiene un registro gráfico de él y entonces lo puedes imaginar. Según Daniel Kahneman, psicólogo estadounidense y ganador del Premio Nobel de Economía, nuestro cerebro tiene una vía de pensamiento rápida, automática, emocional y subconsciente.
DELETREA 
LA PALABRA GATO
¿Qué ocurrió? Para deletrear la palabra "gato", tu cerebro trajo al presente la imagen de cómo se escribe. Por eso cuando escribes mal una palabra, te piden que hagas planas escribiéndola correctamente, eso hará que tu cerebro registre la imagen de como se escribe esa palabra.
AHORA,
DIBUJA
UN GATO
No necesitas ser Picasso o Dalí para hacer una representación de un gato; bastan unos trazos. 
Nuestro cerebro utiliza más energía cuando lo forzamos a decodificar un mensaje, y tiene dos opciones: descifrarlo o ignorarlo.
Nuestra Metodología
En IMAGINA, utilizamos los conocimientos del neuromarketing para hacer que tu mensaje llegue, sea entendido y se posicione en la mente de tu audiencia. Así de fácil como pudiste imaginarte al gato, nosotros hacemos que tu comunicación sea clara y efectiva.
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